Esta obra ocupa como plataforma el puente peatonal Condell, como metáfora de una estructura que salva el obstáculo que existe entre ciudadano y arte tecnológico, ciudadano y ciudad. Es un puente que permitirá mediante esta obra sortear la brecha digital existente mediante acciones realizadas por ciudadanos.
El usuario podrá acceder al puente y generar activamente patrones de luminosidad y de interactividad entre la estructura física y otros usuarios. La experiencia se centra en la transducción presencial del usuario en gesto y forma lumínica mediada por un tercer elemento que es propuesto y dispuesto en Internet (ver aquí).
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